MAQUINA DE  ENERGIA LIBRE

Entendiendo el movimiento perpetuo como una maquina capaz de funcionar con plena autonomía sin ninguna energía externa y que se realimente a si misma, encontramos una amplia variedad de este tipo de dispositivos que han sido desarrolladas y algunas patentadas con mas o menos fortuna, sin olvidar las maquinas de estado sólido (electrónica) que mas o menos también han corrido una suerte similar a las maquinas propiamente dichas. La verdad no es fácil conseguir una maquina que se auto alimente a si misma y que produzca un sobrante de energía aceptable.

En cuanto a los dispositivos de engría libre, que utilizan campos magnéticos creados por imanes, son de dudosa fiabilidad, aunque realmente el potencial que se podría extraer de la atracción y repulsión de los materiales magnéticos es muy elevada, pero hasta la fecha, todos los prototipos construidos utilizando esta técnica no han dado el resultado esperado, siendo su funcionamiento complicado, caprichoso y difícil de controlar.

Con este amplio abanico de maquinas de movimiento perpetuo, ¿porque no se utilizan para fines energéticos? , la respuesta no es fácil, además de variopinta ,  una de las causas es que la energía que se puede aprovechar de estos dispositivos es insignificante, ya que prácticamente toda la energía que desarrolla se utiliza para su propio funcionamiento, la mayoría de estas maquinas solo se pueden utilizar como fines didácticos, y la poca energía que se puede extraer es difícilmente aprovechable para fines energéticos, además estas maquinas son difíciles de construir y ajustar, funcionando en un delicado equilibrio poco fiable.

Consecuentemente una maquina de movimiento perpetuo con un funcionamiento muy crítico, difícil de construir, difícil de ajustar y generando muy poca energía utilizable, no es muy práctica

En el caso de que alguna maquina de estas diera un buen resultado, las grandes compañías energéticas (petróleo, gas etc.) harían lo posible para hacerse con ella, ya  que no estarían muy dispuestas a dejar de tener el monopolio de la energía, de la que todos dependemos, sin menoscabo de los intereses políticos que se entrelazan con las grandes empresas energéticas, siendo muy difícil abrir camino para la implantación de nuevas tecnologías, a no ser que les convenga a estas grandes multinacionales y/o gobiernos.